Si echamos la vista atrás, 2017 ha sido un año de muchos hitos en el frente de las aprobaciones de medicamentos en Estados Unidos. Con la aprobación de 46 nuevos medicamentos por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), se alcanzó un máximo de 21 años y se duplicaron las aprobaciones de nuevos medicamentos en 2016. Este recuento ni siquiera incluye una serie de productos biológicos, vacunas, terapias celulares y la primera terapia génica directa para una enfermedad hereditaria.
Entre los hitos clínicos históricos de 2017 figura la aprobación histórica de dos terapias CAR-T, tisagenlecleucel (Kymriah™) y axicabtagene ciloleucel (Yescarta™), para determinados tipos de leucemia y linfomas, respectivamente. CAR-T o receptor quimérico de antígeno T (célula CAR-T), es un proceso múltiple en el que se recogen las células T de un paciente, se modifican genéticamente y se infunden de nuevo en el mismo paciente para combatir las células cancerosas.
El papel de las farmacias especializadas en la facturación de estas costosas terapias CAR-T es un componente fascinante de estas nuevas modalidades de tratamiento. Como se ilustra en el diagrama de flujo de facturación de CAR-T, el producto se envía directamente desde las instalaciones de fabricación a los hospitales o centros de tratamiento certificados. Una vez que los hospitales certificados se hacen cargo del producto, facturan a los pagadores que, a su vez, pagan a los hospitales certificados. Las farmacias especializadas actúan como mayoristas de facturación entre los fabricantes y los hospitales certificados para facturar a los hospitales y, en última instancia, entregar el pago a los fabricantes. En este modelo único, la farmacia especializada no maneja el medicamento, sino que sirve de centro de facturación entre los fabricantes y los hospitales certificados. Por lo tanto, no hay interacción entre la farmacia especializada y los pagadores.
Las farmacias especializadas están en el epicentro de la atención a los pacientes con enfermedades complejas. Como recurso de alto contacto, operan en un entorno clínico que aprovecha los servicios de las farmacias especializadas para dispensar, distribuir, proporcionar seguimiento, gestión de casos, programas de adherencia, reembolso y una serie de otros servicios, en particular para los pacientes con enfermedades complejas y raras. En la estructura de facturación de CAR-T, la farmacia especializada asume el papel exclusivo de dirigir la factura.
De cara al futuro, las futuras terapias complejas presentarán un nuevo paradigma para todas las partes interesadas, incluidos los prescriptores, las farmacias, los pagadores, los pacientes, los hospitales y los reguladores. Las farmacias especializadas, como enlace de facturación, pueden ser una faceta más en la evolución hacia la siguiente frontera: la Farmacia Especializada 2.0.